Recrean en 3D la ciudad de Tenochtitlan, a la que llegó Hernán Cortés hace 500 años
Los datos que la arqueología ha logrado arrancar al pasado de la capital mexicana están siendo por primera vez utilizados para crear un modelo tridimensional de Tenochtitlan, la grandiosa capital azteca a la que llegó hace ahora 500 años Hernán Cortés. El proyecto pondrá a disposición de usuarios de todo el mundo -a través de una app para dispositivos móviles- las dimensiones exactas del recinto de los templos aztecas, en la ciudad construida sobre el lago Texcoco. La mayor parte de los templos y vestigios están hoy a varios metros por debajo de la capital mexicana.
En la primera versión divulgada, ya se puede uno hacer idea de las dimensiones de aquellas grandes estructuras, del tzompantzi o altar donde se exponían las cabezas de las víctimas sacrificadas, así como un primer atisbo de los canales y accesos a la urbe. El proyecto se titula «Aplicación de Realidad Aumentada para la visualización del Recinto Sagrado de México-Tenochtitlan» y está a cargo del equipo científico dirigido por Erick Huitrón Ramírez, en la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del Instituto Politécnico Nacional de México (IPN).
Los restos de la ciudad de México – Tenochtitlan, primer antecedente de la actual Ciudad de México, se encuentran ocultos como cimientos de las construcciones modernas. Después de 1978, se lograron intervenciones y exploraciones en el primer cuadro del Centro Histórico, que tuvieron como resultado la exhibición permanente de vestigios en la zona arqueológica del Templo Mayor y las ventanas arqueológicas que la rodean.
Es muy distinto excavar en una zona rural que tratar de levantar la piel de una gran urbe como México. La tecnología disponible permite reunir datos hasta ahora parciales de observaciones a traves de los distintos edificios de la zona en la que ahora se levanta el centro de México, con construcciones centenarias bajo las cuales siguen los vestigios de aquel tiempo que acabó con la llegada de Henán Cortes y sus huestes, hace ahora 500 años.
Para superar la dispersión de visualizaciones parciales medidas hasta ahora y la multiplicidad de contextos que obstaculizan la observación de relaciones espaciales y arquitectónicas se ha sumado en este proyecto todo el conocimiento recabado durante décadas para realizar una recreación virtual de todo el conjunto, con la exactitud de las mediciones arqueológicas y el fabuloso poder de la realidad virtual para recrear entornos completos y navegables.
Como explica Erik Huitrón esta reconstrucción hipotética «servirá como un apoyo visual para la arqueología». Y sin duda tiene capacidades divulgativas casi infinitas. «Estas técnicas permiten de forma virtual, la restitución dimensional de los vestigios arqueológicos y en muchos casos sus detalles arquitectónicos y decorativos». Todas esas capas se están sumando ahora para poder mostrarlas en el resultado final. La verdadera magnitud de los monumentos tanto los que, como el Templo Mayor, conservan vestigios, como los destruidos por el paso de los siglos, queda expuesta de manera formidable.
«Con la intención de imitar la experiencia de recorrido en espacios arqueológicos monumentales, se recurre a los ámbitos computacionales para trasladar los modelos reconstructivos del recinto ceremonial de México – Tenochtitlan a una versión digital que pueda ser consultada desde una aplicación para dispositivo móvil, a través de una correspondencia virtual de posición y visión del modelo tridimensional, según la ubicación y orientación reales del usuario en el Centro Histórico de la Ciudad de México», añade Huitrón.
Todo ello ha sido posible desde una mirada interdisciplinar que agrupa diversas líneas de acción para la «construcción de un mundo virtual representante del Templo Mayor y el Recinto Sagrado, con navegación interna y acorde a la ubicación y orientación visual del usuario. Todo esto presentado en una interfaz que permita establecer en la pantalla, correspondencias visuales entre la actualidad del Centro histórico y la reconstrucción hipotética tridimensional del recinto ceremonial». El resultado es «una visualización que no ha sido contemplada desde hace quinientos años». Un maravilloso viaje en el tiempo bajo la piel de la ciudad moderna de México.
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