s matanzas perpetradas por las
Waffen-SS en el frente oriental fueron de una brutalidad extrema, pero hubo una unidad cuyos excesos lograrían incluso escandalizar al cuartel general de
Hitler: la
SS Sturmbrigade «Dirlewanger«. La extrema barbarie y depravación de esta unidad de las
SS sólo fue comparable a la del
R.O.N.A. de
Bronislav Kaminski (también conocida como
«Brigada Kaminski»).
Sus orígenes están en una estrambótica sugerencia que le hicieron a
Hitler, en el sentido de que una unidad formada con cazadores furtivos convictos tendría los conocimientos de la vida al aire libre idóneos para la lucha antipartisana. El dictador nazi aprobó la idea, y el 15 de
junio de 1940 se formó una pequeña compañía penitenciaria llamada
«Mando de Furtivos Oranienburg», constituida por criminales civiles y militares comunes (no presos políticos) de toda ralea reclutados en varias prisiones y campos de concentración. En
septiembre, con unos 300 efectivos, recibió material de la
SS-Totenkopfverbände y fue rebautizada como
«Batallón Especial de las SS Dirlewanger», llamado así por el comandante al que se le había encargado su formación, el
SS-Oberführer Oskar Dirlewanger.
Nacido en la ciudad bávara de
Würzburgo en 1895, este infame tipejo (la prueba evidente de que la cara es el espejo del alma, como se puede observar en la fotografía de aquí arriba) había luchado en la
Primera Guerra Mundial, donde fue herido y condecorado. Luego se doctoró en
Ciencias Políticas, y en 1923 se afilió al
NSDAP. Aunque trabajaba como maestro, era un completo degenerado, dado a la bebida y a los escándalos. Los historiadores e investigadores coinciden en describirlo como un asesino psicópata, sádico, pedófilo y con tendencias necrófilas. Así,
Chris Bishop, lo define como
«el hombre más malvado de las SS», mientras que de acuerdo con
Timothy Snyder,
«en todos los teatros de operaciones de la Segunda Guerra Mundial, muy pocos pudieron rivalizar en crueldad con Oskar Dirlewanger». Lo que viene a ser un
grandísimohijodelagranputa de marca mayor, vamos.
En 1934 fue condenado a dos años de cárcel por violar a una menor de 14 años, perdiendo su trabajo, su título de doctor, sus condecoraciones honores militares y siendo además expulsado del
Partido Nazi. Reincidió a las primeras de cambio en cuanto salió en libertad, siendo acusado de cargos similares y fue enviado a un campo de concentración. Sin embargo, contaba con la protección de un antiguo camarada de la
Gran Guerra y del
Freikorps ahora muy bien situado, el
jefe de reclutamiento de las SS, el
SS-Obergruppenführer Gottlob Berger (que además era íntimo amigo de
Heinrich Himmler), quien salió en su rescate, logró que lo reinstauraran en la reserva de las
SS y le envió a
España a luchar en las filas de la
Legión Condor, donde permaneció entre 1936-1939. Después,
Berger (en la fotografía sobre éste párrafo) le consiguió que fuese nombrado
Obersturmführer (teniente) en las
Waffen-SS. Igualmente, consiguió que fuera readmitido en el
NSDAP, le fuera devuelto su título de doctor, así como la autorización para formar esa unidad de «furtivos» en
Oranienburg, el cuartel general de la
SS-Totenkopfverbände.
En
octubre de 1940, la unidad fue enviada a la
Polonia ocupada para tareas de seguridad; los informes de atrocidades empezaron casi de inmediato y continuaron durante todo 1941, año en que la unidad fue empleada para luchar contra los
partisanos. El batallón convirtió la ciudad polaca de
Lublin en habitual escenario de saqueos, incendios, asesinatos, violaciones y atrocidades sin límite. Cientos de aldeas y poblados fueron incendiadas y sus habitantes aniquilados.
Entre las barbaridades cometidas por la chusma de Dirlewanger – quien al parecer se paseaba con su mascota, un pequeño primate, sobre los hombros, mientras dirigía sus matanzas – estaba inyectar estricnina a sus víctimas femeninas, tras haberlas desnudado y golpeado previamente, y observarlas, junto a sus oficiales, convulsionar hasta la muerte como simple entretenimiento. Los informes sobre su lucro personal y las barbaridades cometidas en
Polonia incluso atrajeron la atención de un
fiscal de las SS, Conrad Morgen, que inició una investigación sobre sus siniestras actividades, pero su amistad con
Gottlob Berger, le protegió incluso del
SS-Obergruppenführer Friedich Krüger,
jefe superior de las SS y la Policía en
Polonia.
Así que, gracias a sus amigos de alto rango, Dirlewanger y su banda de criminales – ahora un «Regimiento Especial de las SS» – fueron transferidos a Bielorrusia en enero de 1942. Nada más llegar se pusieron a reclutar personal local para las operaciones contra los partisanos, en las que serían empleados exclusivamente hasta noviembre de 1943, cimentando la bárbara y cruel reputación que traían de Polonia. Se estima que el regimiento asesinó al menos a 30.000 civiles durante su estancia en Bielorrusia, aunque otras estimaciones hablan de 120.000 muertos y 200 aldeas incendiadas. Parece ser que el modus operandi preferido de estos malnacidos (algunos de cuyos miembros parece ser que se ocultaban bajo máscaras, como se puede ver en la imagen bajo este párrafo) era entrar en los pueblos, reunir a todos sus habitantes y encerrarlos en un granero, para después incendiarlo, acribillando con ametralladoras a todo aquel que tratara de escapar de las llamas y el humo. También utilizaron a civiles como escudos humanos o los hacían caminar sobre campos minados.
Pese a su pésima notoriedad, la unidad fue expandida a dos batallones en agosto de 1942, y Dirlewanger, «para más inri», fue condecorado por su «valor», en mayo y octubre. En mayo de 1943, la unidad fue autorizada a llevar parches de cuello y divisas de empleo (algo insólito en unidades penitenciarias). El concepto original de ser una formación de cazadores furtivos había desaparecido para siempre: ahora se aceptaba a granujas de todo pelaje y de la peor calaña – psicópatas, violadores, asesinos… bien fueran alemanes o extranjeros, militares o civiles – y en marzo de 1943 se ofreció el servicio en la unidad como medio de redimir y conmutar penas. Con semejante personal entre sus filas no es raro que llegase a haber tiroteos entre «soldados» rusos y lituanos, teniéndose que imponer la disciplina por los métodos más brutales, incluso con los oficiales. En ocasiones, las operaciones antiguerrilla a gran escala costaron a la unidad muchas bajas (unas 300 entre febrero y agosto de 1943), y se autorizó la formación de un tercer batallón.
Entre
noviembre y
diciembre de 1943, el regimiento se vio en primera línea de fuego, encuadrado en el
Grupo de Ejércitos Centro, y padeció todavía más bajas, quedando reducido a 260 hombres.
Dirlewanger fue nuevamente «recompensado» con la
Cruz Alemana en Oro, la segunda condecoración en importancia después de la
Cruz de Caballero. Su regimiento de presidiarios fue reconstituido a primeros de 1944 con convictos sacados de los penales militares alemanes y para
febrero tenía 1.200 hombres, a los que se sumaron otros 800 en
abril. A las misiones contra los
partisanos en
Bielorrusia, en
mayo y
junio, siguieron combates de retaguardia durante la retirada a
Polonia en
julio, a resultas de la
Operación Bagration del
Ejército Rojo.
En
agosto de 1944, como había sucedido con los renegados rusos de
Kaminski, los incontrolables convictos de
Dirlewanger escalaron las más altas cumbres de la abyección cuando fueron requeridos para aplastar
la sublevación de Varsovia. Participaron en la
masacre de Wola, en la que, en tan sólo 2 días, al menos 40.000 civiles fueron asesinados. En ese distrito de la capital polaca, quemaron tres hospitales con sus pacientes dentro, mientras que a las enfermeras, las golpearon y violaron brutalmente, ahorcándolas después desnudas, junto a los médicos y doctores. Completamente borrachos se abrieron paso por la
Ciudad Vieja bebiendo, violando y asesinando, ensañándose con combatientes y civiles por igual, sin distinciones de edad o sexo. Irrumpieron en otro hospital en el que los pacientes fueron acribillados y abrasados con lanzallamas y las enfermeras, violadas y asesinadas. La
«Brigada Dirlewanger» quemó vivos a prisioneros (incluso menores de edad) – se dice, que a veces les cortaban los brazos, los empapaban de gasolina y tras prenderles fuego, se divertían viéndolos correr por las calles de
Varsovia -, violó a niños, empalaban bebés con bayonetas o los tiraban por las ventanas, colgaban a mujeres en los balcones de las casas…. Se dijo que un oficial de estado mayor enviado a llevar a
Dirlewanger ante el
general en jefe de la operación, el
SS-Obergruppenführer Von dem Bach-Zelewski, fue despachado a punta de pistola. Al menos otros 30.000 civiles fueron masacrados en la
Ciudad Vieja. Pero, a diferencia de
Kaminski,
Dirlewanger no fue ejecutado por sus atrocidades, sino que le fue concedida la
Cruz de Caballero.
A finales de agosto estalló una revuelta en
Eslovaquia; en
septiembre,
Berger fue nombrado
jefe superior de las SS y la Policía en ese territorio, y en
octubre logró que le transfiriesen la unidad de su protegido. El regimiento de
Dirlewanger (debilitado por los ataques aéreos de camino a
Eslovaquia) entró en combate contra los rebeldes eslovacos en
Biely Potok, Liptovska Osada y
Treicy y, aunque tuvo éxito, empezó a sufrir deserciones. En
noviembre de 1944, se permitió que algunos de sus miembros pudiesen pasar a otras unidades de las
Waffen-SS, al tiempo que el regimiento fue convertido en una brigada mediante la incorporación de más criminales.
En
febrero de 1945, mientras estaba estacionada en
Hungría, la unidad fue rebautizada
«36. Waffen Grenadier Division der SS«, aunque en realidad nunca tuvo los efectivos, ni de lejos, para ser una división. Ese mes,
Dirlewanger regresó a
Alemania para someterse a tratamiento hospitalario y fue sustituido por
Fritz Schmedes. La división se vino abajo durante la ofensiva soviética de primavera, en
abril de 1945, y muchos hombres desertaron antes de quedar atrapados en
la Bolsa de Halbe. El 29 de
abril, algunos elementos de la división fueron capturados por los soviéticos al sureste de
Berlín, y pasados por las armas de forma sumaria. Unos pocos lograron entregarse a las fuerzas estadounidenses.
Cuando acabó la guerra, los franceses detuvieron a
Dirlewanger en
Altshausen (Alemania), mientras vestía con ropas de civil y se ocultaba bajo una identidad falsa. Al parecer, lo entregaron a unos soldados polacos, quienes, al descubrir su identidad, le dieron a probar de su propia medicina: lo torturaron durante varios días y acabaron a golpes con su miserable vida en torno al 4-5 de
junio de 1945. Aunque corrieron muchos rumores acerca de su suerte – se pensó que había conseguido huir – el análisis de sus restos en 1960 confirmó su muerte.
Fuentes:
http://blitzkrieg2gm.blogspot.com/2013/01/la-infame-brigada-ss-dirlewanger.html Originalmente publicado en este blog
Osprey: Soldados de la II Guerra Mundial: «Las Legiones de Voluntarios y otras Divisiones de las SS: de la 24ª a la 38ª» de Gordon Williamson
http://en.wikipedia.org/wiki/Oskar_Dirlewanger
«10 Villanos de la II Guerra Mundial» por Jesús Hernández. Revista «Muy Historia» nº 45 Me gusta esto:
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