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Según unos documentos secretos desclasificados por los Archivos Nacionales del Reino Unido en marzo de 2008, el espionaje británico llegó a recurrir a la astrología para adivinar los planes militares de Adolf Hitler. Concretamente, los británicos recurrieron a un astrólogo berlinés, que decía proceder de una familia aristocrática alemana, aficionado a los cigarros habanos y a disfrazarse de mujer, y con fama de charlatán. Su nombre era Louis De Wohl, pero según los documentos sacados a la luz su verdadero nombre era Lajos Mucsinyi Wohl.
Louis De Wohl
Nacido en Berlín de padre húngaro y madre austríaca el 24 de enero de 1903, De Wohl vivió en Alemania hasta 1935. Como tenía antepasados judíos y era enemigo del nacionalsocialismo, la llegada de Hitler al poder le impulsó a iniciar una nueva vida en Inglaterra. De Wohl tenía un alto concepto de sí mismo, puesto que se decía descendiente del poeta alemán Heine, ostentaba el título de Caballero del Santo Sepulcro y no dudaba en presentarse como el «Nostradamus moderno». Podía mantener un alto nivel de vida gracias a que se dedicaba a confeccionar los horóscopos de la alta sociedad londinense, entre la que tenía mucho éxito.
Al revisar esa documentación por parte de la prensa, se comprobó que el gobierno de Londres fue convencido por De Wohl de sacar partido del hecho de que Hitler, cuyo signo astrológico era Tauro, era muy supersticioso, y que muchas veces actuaba según lo que le decían sus propios astrólogos. Adolf Hitler decía en voz alta que guiarse del consejo de los astros era «una estupidez propia de mentes infantiles», pero en la práctica disponía de los servicios de un astrólogo, Karl Ernst Krafft[1], y hay historiadores que creen que el dictador cronometró el inicio de algunas de sus campañas de manera que los planetas estuvieran convenientemente alineados, aunque la mayoría de expertos cree que la astrología no afectaba sus decisiones.
HITLER
Pero De Wohl aseguraba entonces que Hitler confiaba mucho en las predicciones de Krafft y sostenía que, más allá de creer o no en lo que decían las estrellas, lo que importaba era tomar en consideración las creencias del Führer. El astrólogo aseguró a los responsables de los servicios de espionaje británicos: «He observado que todas las grandes empresas de Hitler han sido efectuadas bajo buenos auspicios y estoy convencido de que las intuiciones divinas de Hitler no son más que un simple conocimiento de las conjunciones planetarias».
La Dirección de Operaciones Especiales británica (SOE), unidad creada por Churchill durante la guerra para ayudar a la resistencia en los países ocupados y perpetrar actos de sabotaje, fue la encargada de utilizar las supuestas habilidades del astrólogo. Al parecer, los movimientos militares alemanes eran tan desconcertantes que altos funcionarios de la Inteligencia británica decidieron recurrir al húngaro para intentar descifrar lo que las estrellas le recomendaban al Führer, lo que les permitiría conocer los próximos movimientos de los nazis.
El SOE lo reclutó para que trabajara en la sección de propaganda. Se le dio rango de capitán del Ejército británico, lo que al parecer molestó a muchos oficiales, y cuentan que se le veía pasear por las calles de Londres muy orgulloso de llevar su uniforme. Pero esta apuesta por la carta astral como método para vencer a Hitler fue recibida con sorna en los servicios de Inteligencia británicos, que consideraban a los miembros del SOE como adversarios más que como colaboradores. El MI5[2], según los documentos secretos desclasificados, consideró la fe en el astrólogo una «idiotez supina», e intentó minar la imagen del aristócrata como «un hombre afeminado de vanidad desmesurada, un propagandista nato cuya afición a los uniformes nazis sólo es superada por la afición a disfrazarse de travesti».
Los miembros del MI6 se mostraron igualmente horrorizados con la decisión de contratar los servicios del astrólogo húngaro; un comunicado de este organismo, también desclasificado, señalaba: «Uno de nuestros altos funcionarios comenta que no puede creer que alguien quiera emplear a este charlatán peligroso». Otro funcionario subrayaba que ninguna de las predicciones de De Wohl se habían concretado, con excepción de la entrada de Italia en la guerra, que anticipó —según el funcionario— «cuando había quedado clara para todo el mundo con un mínimo conocimiento sobre asuntos internacionales».
Algunos jefes del MI5 advirtieron que De Wohl era un charlatán y algunos militares con los que se reunió señalaron que se trataba de un bufón y un impostor. Pero el astrólogo supo contrarrestar esas opiniones desfavorables gracias a su innegable poder de persuasión, convenciendo a los que quisieran oírle de que Hitler creía firmemente en la astrología, y que no tomaba ninguna decisión sin antes consultar su horóscopo. Entre sus partidarios se encontraba el director de la Inteligencia naval, John Godffrey, al que convenció de la importancia de adivinar, en función del horóscopo, si Hitler estaba eufórico o pesimista al emprender una determinada ofensiva.
El astrólogo logró incluso residir en un departamento del Gobierno británico en Grosvernor House, un lujoso barrio del oeste de Londres, al que bautizó Oficina de Investigación Psicológica. Allí, pese al carácter oficial del departamento, seguía leyendo la carta astral de muchos clientes de las altas esferas londinenses que pagaban por saber lo que les tenían reservado los astros, tal y como había venido haciendo desde que se instaló en Londres. Siempre según los documentos desclasificados en marzo de 2008, entre los clientes del estrafalario astrólogo se contaban varios oficiales británicos.
Los jefes de la Dirección de Operaciones Especiales estaban tan persuadidos de que tenían en los astros un arma importante para derrotar a los nazis que enviaron a De Wohl a Estados Unidos en 1941 para impulsar la entrada del gobierno de Washington en la guerra. Con ese objetivo pronosticó una invasión de Sudamérica por parte del Tercer Reich. Además, intentó convencer a los estadounidenses de que la obsesión de Hitler con la astrología lo volvía vulnerable.
MI6
La gira del astrólogo por Estados Unidos resultó todo un éxito, puesto que sus discursos y entrevistas recibieron una amplia cobertura de los medios estadounidenses, lo que ayudó a obtener el apoyo de la ciudadanía estadounidense a la entrada en la guerra. Por ejemplo, el rotativo New York Sun dedicó páginas enteras a las predicciones de De Wohl, destacando la de que «Hitler estaría derrotado antes de un año». Según revelaron los documentos, incluso el Comité de Inteligencia de las Fuerzas Armadas tomó en cuenta las afirmaciones del astrólogo.
Tras la contienda, De Wohl se dedicaría a escribir novelas, con las que alcanzaría cierto éxito. Sus primeras obras fueron historias de suspense o de aventuras, hasta que decidió poner sus cualidades de escritor al servicio de sus convicciones católicas. Escribió en inglés y sus obras disfrutaron de especial acogida en Estados Unidos; en ellas aparecían personajes históricos como Juana de Arco, Juliano el Apóstata, San Francisco de Asís o Atila. Fueron traducidas a doce idiomas y dieron origen a guiones para películas. La novela Fundada sobre roca surgió por un encargo del papa Pío XII, lo mismo que su libro sobre santo Tomás de Aquino, La luz apacible, fruto de la sugerencia que el mismo Papa le hizo durante una audiencia privada en 1948.
Louis De Wohl falleció el 2 de junio de 1961 en la ciudad suiza de Lucerna, extinguiéndose así la vida de uno de los personajes más estrafalarios, a la vez que enigmáticos, de la Segunda Guerra Mundial.
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