Hacia la Guerra: Pacto Ruso-Alemán
Las relaciones diplomáticas crean en ocasiones extraños compañeros de cama. La historia está llena de enemigos íntimos y acuerdos a contranatura, pero pocos fueron tan llamativos como el Pacto Ribbentrop-Mólotov. Aquel 23 de agosto de 1939 Alemania y la Unión Soviética se prometieron lealtad y el reparto de una serie de territorios en Europa Oriental.
El acuerdo se rubricó en Moscú, y adquirió el nombre de los dos ministros firmantes: el alemán Joachim von Ribbentrop y el soviéticoViacheslav Mólotov. En aquella reunión celebrada en el Kremlin participó un sonriente Iósif Stalin, que departió amistosamente con el emisario del III Reich. En consecuencia, muchos fascistas europeos –definidos desde hace años enemigos del comunismo ruso– se mostraron contrarios al acuerdo.
El pacto de no agresión contaba con siete cláusulas públicas y cuatro secretas que se conocieron años más tarde. De puertas para afuera, Alemania y Rusia establecían en su artículo IV que «ninguna de las dos participarán en agrupaciones de potencias que de alguna forma estén dirigidas directa o indirectamente contra la otra parte».
Las cláusulas secretas
De puertas para adentro, Alemania y la URSS establecieron una serie de«áreas de influencia». Un reparto futuro de Europa Oriental que empezaría por Polonia, a la que invadieron solo unos días después. Una vez terminada la guerra las cláusulas secretas fueron descubiertas por el ejército británico, que las puso en conocimiento de la opinión pública.
Aun siendo una de las vencedoras del conflicto, la Unión Soviética negó durante décadas la existencia de dichas cláusulas. No fue hasta agosto de 1989 –cincuenta años después de la firma del acuerdo– cuando el gobierno soviético presidido por Gorbachov reconoció que esos artículos ocultos planificaban el «reparto» nazi-soviético de Europa Oriental.
Hitler aceptó el pacto, pese a que ya habló en «Mein Kampf» de invadir Rusia
Según el artículo VI, el acuerdo expiraba «en un período de diez años, con la previsión que, en cuanto alguna de las Altas Partes Contratantes no lo denuncie un año antes a la expiración de ese período, la validez del tratado será extendido por otros cinco años». Se prometieron una década de lealtad que saltó por los aires en apenas año y medio con el comienzo –en junio de 1941– de la Operación Barbarroja. No obastante, estaban avisados: Hitler ya mencionó en Mein Kampf su deseo de expandir el Reich por la Unión Soviética.
¿Qué fue de Ribbentrop y Mólotov?
Los ministros de Asuntos Exteriores que dieron nombre al pacto de no agresión tuvieron a partir de entonces trayectorias muy distintas. El diplomático ruso Viacheslav Mólotovpermaneció como Vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS hasta el año 1957, cuando Nikita Jrushchov decidió prescindir de él. Se retiró de forma definitiva en 1961 y falleció en 1986, a la edad de 96 años.
Peor suerte corrió el ministro de Asuntos Exteriores alemán Joachim von Ribbentrop, al que después del conflicto acusaron de crímenes de guerra y genocidio. Las potencias vencedoras demostraron que había jugado un papel principal en la deportación de los judíos. Su trabajo consitió en persuadir a países limítrofes (satélites) para que asumieran esa población que después iba a ser exterminada. Por ello decidieron condenarlo a la horca, donde murió el 16 de octubre de 1946.
El pacto de no agresión, punto por punto
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