Notice: La función _load_textdomain_just_in_time ha sido llamada de forma incorrecta. La carga de la traducción para el dominio hueman se activó demasiado pronto. Esto suele ser un indicador de que algún código del plugin o tema se ejecuta demasiado pronto. Las traducciones deberían cargarse en la acción init o más tarde. Por favor, ve depuración en WordPress para más información. (Este mensaje fue añadido en la versión 6.7.0). in /home/histori1/public_html/wp-includes/functions.php on line 6114
EN LA GUARIDA DEL MINOTAURO | Historias de la Historia

EN LA GUARIDA DEL MINOTAURO

La desconcertante disposición del palacio minoico de Cnosos induce a pensar que pudo ser el origen histórico de la leyenda del laberinto. Intrincadas series de escaleras —a veces hasta tres en un espacio de 8 m— unen unas salas con otras a diferentes niveles, y los pasillos que conducen de un patio a otro se retuercen de tal modo que el visitante sin guía pierde el sentido de la orientación.

 

Famoso fresco del salto de toro, vestíbulo de entrada del Palacio de Cnosos.

                                                             Famoso fresco del salto de toro, vestíbulo de entrada del Palacio de Cnosos

 

Según la antigua tradición griega, Pasifae, reina de Creta y esposa del rey Minos, tuvo amores con un toro blanco enviado a Creta por Poseidón, dios del mar, y su fruto fue el Minotauro, enorme monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano. Minos encerró a esa criatura en un laberinto diseñado para él por Dédalo (el inventor mítico cuyo hijo ícaro murió por volar demasiado cerca del Sol). Más tarde, cuando Minos derrotó a Atenas, le impuso un terrible tributo: siete jóvenes y siete doncellas atenienses tenían que ser entregados a Creta cada año para alimentar al Minotauro. Los jóvenes eran enviados al laberinto, donde vagaban sin esperanza hasta que la gran bestia daba con ellos y los devoraba. Este ciclo de sacrificios sólo tuvo fin cuando el héroe ateniense Teseo se unió a las víctimas y consiguió el amor de Ariadna, una de las hijas de Minos. Ariadna le dio un ovillo de hilo para que pudiese encontrar la salida del laberinto después de dar muerte al Minotauro.

 

Minotauro

                                                                                     Minotauro

Para los oídos modernos esta leyenda puede parecer un simple cuento de hadas. Pero las ruinas del palacio de Cnosos proporcionan indicios, además de la complejidad laberíntica de su trazado, de que el relato nació de un hecho histórico.

 

Palacio de Cnosos

Palacio de Cnosos

 

Por ejemplo, el culto al toro parece haber sido uno de los rasgos capitales de la religión minoica, probablemente porque, como en otras culturas antiguas, se consideraba a ese animal símbolo de virilidad. Y varios frescos de Cnosos muestran a jóvenes acróbatas que parecen dar saltos mortales sobre los cuernos de un toro que embiste.

Si tales hazañas eran intentadas durante ceremonias religiosas o pruebas deportivas cretenses, los participantes tendrían tan pocas probabilidades de sobrevivir como los atenienses en el laberinto del Minotauro. Cuando sir Arthur Evans, descubridor de Cnosos, consultó a experimentados toreros españoles sobre tales saltos, el veredicto unánime fue que eran algo que se conseguiría una sola vez en la vida. Nadie viviría para repetirlo.

 

Baño griego, Knossos

                                                         Baño griego, Knossos

También te podría gustar...