Cuando la Wehrmacht invadió la URSS («Operación Barbarroja»), se enorgullecía de su «pureza racial». Sin embargo, pronto se encontró con la imperiosa necesidad de incorporar tropas de reemplazo, debido al gran número de bajas y al enorme territorio que tenía que conquistar, ocupar y controlar, lo que hizo que los alemanes abandonaran radicalmente esa clase de conceptos. Inicialmente, los denominados Volksdeutsche (alemanes raciales o étnicos) de Polonia y los de los Balcanes fueron forzados a presentarse «voluntarios». Su clasificación exacta era la de Abteilung 3 der Deutschen Volkklits (Sección 3 de la lista de la raza alemana); significaba que a las personas así clasificadas se les concedía la ciudadanía alemana por un período de 10 años, siendo susceptibles de ser llamados a filas aunque sin poder ascender en el escalafón de mando.
Entre 1942 y 1943, se llevó a cabo un agresivo reclutamiento en los territorios ocupados de la Unión Soviética para la lucha contra el comunismo: las llamada Ostlegionen (también conocidas como Osttruppen y Ostbataillonen); cabe decir a este respecto que la validez de los reclutas que se presentaron voluntarios, al principio era bastante fiable, ya que los hombres procedentes de las repúblicas occidentales del imperio soviético suscribían la lucha contra el régimen de Stalin. Al iniciarse la retirada alemana, el número de voluntarios (Freiwilligen) decreció ostensiblemente a favor de la presencia de auxiliares (Hilfswilligen, comunmente conocidos como Hiwis) procedentes de los territorios ocupados y de los enormes contingentes de prisioneros de guerra capturados al Ejército Rojo. A principios de 1944, la Wehrmacht tenía «voluntarios» de Croacia, Hungría, Rumanía, Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, la Rusia Asiática, Rusia, Ucrania, Rutenia, las repúblicas musulmanas de la URSS, así como Cosacos del Volga, Tártaros de Crimea e incluso indios. Los llamados Ostbattalionen (o “Batallones del Este”), perdieron eficacia a marchas forzadas después de la derrota alemana en la crucial Batalla de Kursk. Posteriormente, fueron enviados a Francia para sustituir a las necesarias tropas alemanas allí destacadas.
En la playa Utah, el día del Desembarco de Normandía, el teniente Robert Brewer del 506º Regimiento de Infantería Paracaidista de la101ª División Aerotransportada norteamericana, capturó cuatro asiáticos que vestían el uniforme de la Wehrmacht. Nadie comprendía su idioma ni sabía que diablos hacían allí. Finalmente se supo que eran coreanos. Nada más y nada menos. Pero ¿cómo era posible que soldados coreanos estuvieran peleando en Francia, en la otra punta del planeta, en el bando de Hitler para defender las costas normandas de la invasión aliada? Cuenta Stephen E. Ambrose en su libro «El Día D» que lo más probable es que hubieran sido reclutados forzosamente en el ejército japonés en 1938 – Corea era entonces una colonia japonesa -, después capturados por el Ejército Rojo durante las guerras fronterizas contra Japón en 1939, y forzados a entrar al ejército ruso. Capturados después por la Wehrmacht en diciembre de 1941, en las afueras de Moscú, su periplo terminó en Francia, donde se les encomendó la defensa de la Muralla Atlántica.
No andaba nada desencaminado Ambrose. El soldado de la fotografía de aquí arriba es Yang Kyoungjong, nacido en Shin Wuijoo, en el norte de Corea, el 3 de marzo de 1920. Como he dicho antes, Corea era entonces una colonia japonesa – y Yang, como muchos otros jóvenes coreanos fue reclutado a la fuerza por el ejército japonés, el Kwantung, en 1938 y enviado a Manchuria. Durante la Batalla de Khalkin Gol, la poco conocida (pero fundamental) batalla entre los japoneses y los soviéticos en Mongolia en 1939, fue capturado por el Ejército Rojo y enviado a un gulag. No obstante, no pasó mucho tiempo hasta que se vio involucrado en otra guerra, cuando los alemanes invadieron la URSS en 1941 y el ejército soviético, necesitado de tropas, lo reclutó forzosamente junto a otros miles de prisioneros, enviándolo a luchar contra los alemanes. En 1943 fue capturado de nuevo, esta vez por los alemanes en Ucrania durante la 3ª Batalla de Jarkov, y pasó a formar parte de las Osttruppen de la Wehrmacht que fueron destinados en Francia, en la península de Cotentin, para defender las costas francesas de las fuerzas aliadas de invasión. Su última derrota la vivió, vistiendo un uniforme alemán, cuando fue hecho prisionero por los americanos en Utah Beach, el 6 de junio de 1944. Después de pasar un tiempo en un campo de prisioneros en Gran Bretaña, emigró hacia los Estados Unidos, estableciéndose en Illinois, donde vivió el resto de su vida. Murió en 1992.
Por cierto, hay una película coreana, «My Way» (2012) que cuenta la historia de Yang Kyoungjong.
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